Enorme la decepción que he sufrido con la lectura de La vida maravillosa. He añorado la magia de los libros de divulgación que envuelven con su aureola toda la formación de la vida, su aparición, su consolidación, su estabilización, su evolución. Este lenguaje, a mi entender excesivamente empírico, lleno de rigor científico ha permitido que toda el halo mágico se haya diluido. Esto no resta ni un ápice de valor a aquellos que busquen entre sus páginas navegar entre una pléyades de conocimientos, de descripciones científicas de los inicios de la vida en nuestro maltratado planeta. Sumergirse en las corrientes de la biología hasta la configuración de la vida tal y como la conocemos en la actualidad, a través de sus grados evolutivos.
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