Sin lugar a dudas, este es el libro que menos me ha gustado de Posteguillo. Sigo pensando que escribe con un molde predeterminado, mete la historia, las batallas, las intrigas, las maldades, los sufrimientos del ser humano y prensa la malgama resultante. De ahí sale una historia, no le quito el mérito de saber hacerlo, eso sólo está en manos de unos cuantos elegidos.
La legión perdida me ha aburrido con demasiada frecuencia, eran reiterativos los clichés utilizados, las batallas se repiten una y otra vez siempre con el mismo final, la victoria de los buenos, pero estos no siempre son lo que la "Historia" nos ha contado que son los buenos, la "Historia" siempre la escriben los vencedores y, por lo tanto, no encierran una irrefutable verdad sino la verdad de los vencedores. El transcurso de los tiempos suele poner a cada cual en su sitio, pero no siempre ocurre así.
Mi visión de Adriano está en las antípodas del Adriano que se dibuja en la novela. No. No trato de comparar mi cultura histórica con la de Posteguillo, pero tampoco la idolatro, simplemente son puntos de vistas divergentes, irreconciliables.
Sí, Santiago Posteguillo puede llegar a aburrir a un lector, por lo menos a uno, que soy yo.
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