Ya pasó el efímero reinado de Amadeo I, la corta duración de la Primera República española (qué pocas oportunidades se le ha concedido a los periodos republicanos en este sufrido país, siempre hay un militar que tiene que cortarle las alas, llámese Pavía o Franco.
Siguen las vicisitudes, tanto cotidianas, históricas o amorosas de Proteo "Tito" Liviano. Sus andanzas de batalla en batalla, de conspiración en maquinación, de compadreo en contubernio que desgarran las entrañas de una patria siempre dividida irremisiblemente en confrontaciones fratricidas, y tan bien detallada, dibujada y pintada por Don Benito a lo largo de estas narraciones de los episodios nacionales, al que tan solo me falta la lectura de "Cánovas" para concluirla.
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