Primera conclusión a la que he llegado tras su lectura: es un libro que he leído demasiado tarde.
Nunca es tarde para nada, pero me hubiese ayudado mucho a conocer, profundizar, empatizar con el otro sexo. No sé si es el primero o el segundo. Mi vida con mis parejas habría sido más llevadera, mas comprensible, más racional y mucho más madura y tolerante. De eso no me cabe la menor duda.
Es increíble la capacidad que tenía Beauvoir para transmitir el pensamiento de otras personas, personas de otro sexo, con sensibilidades diversas, perspectivas diferentes, todas ellas pormenorizadas y detalladas con aguda inteligencia y tapizando tus pasos para adentrarte en un mundo desconocido para muchos hombres y mujeres, el del feminismo. Siempre he querido corregir los inevitables arrebatos machistas, nunca violentos pero si como marchamos culturales que la vida va lastrando tu personalidad. Y ese machismo se manifiesta en los dos sexos con intensidad inherente al propio sexo de cada cual, pero a veces con extrañas coincidencias.
Beauvoir es una mujer que siempre me ha infundido un enorme respeto, casi reverencial y que tras la lectura del libro se ha reforzado y reafirmado.
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