Tras las intensas lecturas de novelas profundas, inquietantes, siempre viene bien un momento de relajación y frescura mental. Con ello no estoy diciendo que Camilleri sea frívolo en sus planteamientos, ni sus argumentos planos, si no todo lo contrario. Son constantes las referencias a hechos y acontecimientos sociales y políticos que hoy en día afectan muy directamente a nuestra sociedad. Una vez más el Comisario Montalbano ha de enfrentarse a un doble reto: resolver unos asesinatos y esquivar la atracción que ejerce sobre él una joven y bellísima teniente de la Armada.
Una vez más el comisario habrá de emplear toda su argucia para arrojar luz de modo soberbio y clarividente sobre los asesinatos y mantener incólume la fidelidad hacia su querida Livia.
Una elipsis malévola pondrá punto y final con un suspense cruelmente sostenido hasta la siguiente novela de la serie. Muero de impaciencia por saber la continuación...
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