¡Cuánto disfruto de la sagacidad y agudeza policial de Salvo Montalbano! Ese olfato de sabueso para indagar en los casos difíciles y desvelarlos de manera eficaz y sin aspavientos; para encontrar siempre un buen plato con el que regocijarse y ahogar sus tristezas y melancolías a las que es muy dado y con las que quebrantar sus ataques de malhumor a los que es propenso y proclive, siempre de modo sincero, natural, sin tapujos.
Este libro, compuestos por una serie de relatos y novelas breves, no desmerece por la cortedad sino que esta le infunde un valor añadido a la creatividad espontánea de Camilleri.
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