Es lo primero que leo de Aira. Me ha dejado un tanto perplejo, anonadado, un sabor entre lo surrealista y lo onírico, pero intencionadamente provocador e inconcreto. Si, su prosa es provocadora, comprometedora, incita a lo confuso, pero siempre revestida de una gran personalidad.
Me ha dejado un regusto difícil de definir, imposible de determinar si me ha gustado o no, de clasificarla y encuadrarla en un contexto literario concreto. La indefinición siempre está presente, flotando en el aire como quien no quiere la cosa pero omnipresente. Siempre está ahí.
Final ¿apoteósico?
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