Stefan Zweig se está convirtiendo en unos de mis escritores de referencia. Bueno, eso ya hace tiempo que lo logró, pero se se está reafirmando con asombrosa solidez.
Para no ser menos, este libro me ha encantado, me ha hecho aflorar jóvenes recuerdos. Hice el servicio militar embarcado en el Buque escuela de la Armada Española, sí, en el Juan Sebastián de Elcano. Tuve la suerte de navegar allí por donde pocas personas lo hacen, desde la apertura del Canal de Panamá, salvo honrosas y nostálgicas necesidades, muy pocos son los que navegan por los Canales Patagónicos, surcan el Mar por Tierra de Fuego y el estrecho de Magallanes. La gente no sabe lo que se pierde. Es todo un espectáculo lo que nos ofrece la naturaleza en esos lares y mares. Durante la travesía no fueron ni una ni pocas las veces que pensé en esos valerosos marineros que se adentraron entre esos intrincados y laberínticos canales de belleza espléndida. Nosotros llevábamos un práctico chileno a bordo que embarcó en el puerto de Mar de Plata en Argentina, perfecto conocedor de esa singladura. Pero Magallanes y sus hombres se aventuraron sin conocimiento previo por aquella límpidas y frías aguas. Era nuestra gran ventaja. Esta lectura que de manera pormenorizada relata aquella aventura así me lo ha confirmado. Hubo de ser mucho más compleja de lo que mi excitada imaginación vio en aquellos tiempos.
Magníficamente relatada, como en él es habitual, la aventura discurre ante nuestros ojos incitando la imaginación, despertando el hambre y la sed que esos hombres padecieron, los sufrimientos que aguantaron, las vicisitudes que sobrellevaron.
Y sobre todo la obra destaca la injusticia que con él se cometió. atribuyendo maliciosamente todos los méritos a quienes volvieron de ese penoso viaje de tres años. Sí, la actual historia de mi país, España, se atribuye los méritos como propio y realzan en un pedestal a quien a concentrado todas las glorias de tan penosa singladura: Juan Sebastián de Elcano. No doy más detalles para no desvelar la verdad a quienes decidan leer el libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario