Escribir no debe ser la mera conjunción de bellas palabras. Si éstas no están dotadas del sentimiento necesario para proveer al texto de alma, será como haber construido un muro de mampostería, más o menos bello, pero en el que siempre prevalecerá la frialdad de la piedra.
RC
Cuadro: THEODORE ROBINSON: "La débâcle", 1892
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